El Gran Premio Histórico culminó este viernes en Mar del Plata | Luego de 3.518 de kilómetros recorridos entre Buenos Aires, La Pampa y Neuquén



Desde Mar del Plata

Luego de 3518 de kilómetros recorridos sobre rutas nacionales y provinciales de las provincias de Buenos Aires, La Pampa y Neuquén, terminó este viernes en Mar del Plata la XXI edición del Gran Premio Histórico, la carrera de regularidad de la que participan autos clásicos standar de Turismo que van desde el año 1957 hasta el 1983 y los autos del Turismo Carretera que van desde modelos de 1937 hasta 1975. 

En el octavo día de competencia, la sexta etapa contempló los últimos 481 kilómetros del recorrido que unió las ciudad de Bahía Blanca -con pasos por Coronel Dorrego, Tres Arroyos, Necochea y Miramar- con Mar del Plata, que por primera vez en la historia fue testigo del paso de este museo itinerante del automovilismo nacional. Debajo del puente peatonal del Paseo Dávilla, a metros del homenaje que la ciudad balnearia le dedicó el arquero de la Selección Emiliano «Dibu» Martínez -ganador de cuatro títulos con la albiceleste-, turistas y residentes se acercaron para darles la bienvenida a los pilotos y navegantes. 

Sin importar el viento ni el frío, el público esperó el arribo de los 115 autos que pudieron completar la prueba. El primero en cruzar el arco del Automóvil Club Argentino fue el Volvo 122, de 1963 de Carlos Berisso y Horacio Riccio, quienes iniciaron la última etapa como líderes de la clasificación general y principales candidatos a la coronación. 

«Para nosotros se termina un Gran Premio Histórico más, en el que tuvimos las mismas expectativas de siembre. Obvio que tenemos ganas de ganarlo, porque cuando uno sabe que está cerca, que está prendido ahí arriba, trata de hacer todo lo posible para mantener la posición», le dice a Berisso a Página 12. «Lo que me hace seguir participando con entusiasmo en esta carrera es toda la gente con la que nos encontramos. La pasamos muy bien arriba de los autos, pero mucho mejor abajo, cuando nos volvemos a ver, cuando nos encontramos con amigos y con el cariño que nos manifiesta la gente». 

Tres veces vencedor en el GPH con distintos autos, Berriso elige uno como favorito. «El más lindo para mí fue el Fiat 600  (número 103, con su hijo Guillermo como navegante) con el que gané por primera vez en 2008. Ese es para mí ‘la niña bonita'», cuenta poco antes de dirigirse a la cena de premiación donde los binomios (cerca de las 23 horas) se enteraban finalmente el nombre del ganador de la Gran Carrera de la que participaron 137 binomios.



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